martes, 24 de abril de 2012

La involución cítrica en Athnecdotario Incoherente

He tenido un problemilla con mi portátil del alma, por lo que me veo obligada a actualizar desde la facultad.
Lo que os venía a contar hoy es que la web de literatura Athnecdotario Incoherente ha tenido a bien hablar de La Involución Cítrica.

Comparto pues, agradecida y emocionada:


La involución cítrica, de Adriana Bañares



Poesía y  Prosa.
Ideas, pensamientos, ilusiones. Discurso onírico de un “yo” extraño que por alguna razón que se nos escapa, trasciende más allá de nuestra mente y exige su propio espacio para quedarse, transmigrando al universo virtual e instalándose en la pantalla de nuestro ordenador o cobrando forma en un folio en blanco,  territorio virgen que se convierte en tierra conquistada.

Secreto lenguaje que solo nosotros podemos descifrar, plasmando con palabras lo que nuestra mente insiste en contarnos. Sensaciones efímeras condenadas a vagar por el limbo recurrente de nuestra psique hasta que las reconocemos como propias y les damos un cuerpo que habitar, un lugar donde instalarse.
Tecnología al servicio de nuestras más intimas obsesiones e inquietudes. Escaparate donde mostrar la desnudez del alma, unas veces impía, otras atormentada, las menos virginal y cándida.
Distintos formatos, distintos soportes. Herramientas necesarias para alojar a esos huéspedes molestos y la mayoría de veces inesperados, que se empeñan en visitarnos y hacerse notar. Exigen nuestra atención y la necesidad de darse a conocer. Se creen importantes (y puede que lo sean), aun siendo conscientes de su vacuidad aparente. Demandan salir a la luz, mostrarse como son en realidad, sin importar su aspecto, fiero en ocasiones, hastiado en muchas otras, absurdo en esencia. Insisten en su función, que no es otra que exhibir sin pudor alguno partes de nosotros mismos, aspectos de nuestra persona que nadie ha sabido ver antes y que reflejan quienes somos, de que estamos hechos y lo que ven nuestros ojos. Un dialogo interior chillado a pleno pulmón a un público inexistente, salvo nosotros mismos. Eso les frustra y hace que redoblen sus esfuerzos por hacerse reales, así que deciden que cualquier herramienta es adecuada para lograr sus fines y no dudan en envenenar a su dueño hasta que este los libera.
Se convierten en escritos. Confesiones gritadas a los cuatro vientos. Secretos a voces. Criaturas impúdicas y sin moral cuyo cuerpo de palabras encadenadas, arrastrándose triunfales sobre el papel, muestran el mundo que nos rodea a través de nuestros propios ojos, sin que podamos mentir ni dar explicaciones.
La realidad, lo cotidiano, se mezcla con el pequeño cabrón que anida en nuestro interior. Se difumina y diluye, hasta que no podemos diferenciar lo que creemos, lo que sentimos, de lo que es.

Lectura no apta para cualquiera, dirigida únicamente a aquellos capaces de sintonizar de algún modo con los ecos y reminiscencias  de lo que es real, una vez tamizado, absorbido y regurgitado por nuestra mente.Escenas habituales. Momentos intrascendentes. Hechos recurrentes y sin aparente notoriedad, conforman este mosaico de sensaciones intensas, en ocasiones  relacionadas entre si, pero en su mayoría episodios aislados, que mutan, se transforman en obsesiones y amenazan con resurgir de nuevo, salvo que hallemos el modo de atarlos a través de nuestros escritos.
Una fuerte carga narrativa y una curiosa acepción de lo poético son las armas que utiliza Adriana para esta ardua y sangrienta batalla. La agresividad en sus escritos, el maltrato a los personajes que regresan una y otra vez a por más, son un reflejo de su talento. Esta contienda no conoce a ganadores ni vencidos, pues en la pugna por doblegar al otro, Adriana somete a sus rivales mientras se somete a si misma….Y entre tanto, nosotros disfrutamos de su arte, de su fuerza, de sus palabras, mientras la batalla continua.

La involución cítrica.
Adriana Bañares Camacho.
Editorial: Origami.
ISBN: 978-84-938996-7-7.
Año: 2011.
Género: Visceral
PVP: 10 euros.

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